Editorial /
La hipocresía de Astori
El vicepresidente Astori es un excelente economista. Fue el decano mas joven en la historia de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de la República. Pero tiene uno de los defectos mas feo en el ser humano: la soberbia.
Y lo ha dejado a la vista en esta campaña política. En sus primeras apariciones de campaña han generado, repulsa, con un spot publicitario, apuntando al acto electoral interno del 1º de Junio de este año. Es decir las internas. En ese video que repite la tv nacional, bajo el dudoso argumento de que "gobernar es arriesgar", sale a hacer una insólita defensa del procesado ex Ministro de Economías y Finanzas, Fernando Lorenzo. Y mientras en la pantalla se ve al ex jefe de la economía del gobierno del FA, sonriente y contento, Astori señala que "por suerte tenemos compañeros que son testimonios vivientes de que se gobierna arriesgando".
Esto no solo es improcedente, fuera de lugar, sino que es una prueba de cómo menosprecia a la inteligencia de los uruguayos. Porque así, como cuando nos pidió perdón públicamente “porque nos equivocamos” se quiere licuar un hecho desprolijo, irresponsable en un manejo tortuoso y seguramente corrupto de dineros públicos. La jugada de líder de Asamblea Uruguay, iniciando y propiciando la ruinosa e increíble privatización de PLUNA, con garantías del Estado y la gestión privada corrupta que se hizo, le costo al país y por ende a todos los uruguayos, nada más ni nada menos que unos 300 millones de dólares por lo que se va sabiendo. Puede ser muchísimo más. Mientras tanto, el tiempo se encargó de dejar en claro que en Brasil, no se sigue un juicio con miles de millones de dólares, como se argumento para cerrar sorpresivamente el cierre de PLUNA.
Así, es tal la desfachatez de este personaje, que uno lamentablemente le pierde el respeto y duda de su ética y honradez. Porque su conducta no es la de un estadista ni de un gobernante responsable. Si no tuviera el descaro de que hace gala, se debería haber retirado de la política y la aspiración de seguir gobernando.
Su aporte y resultados han sido desastrosos. Por otro lado, muestra una conducta poco republicana, poco responsable y seria al salir a apoyar públicamente a un funcionario procesado por la Justicia. Ante esta realidad uno se pregunta: ¿Acaso considera valido los actos de corrupción, los avala y justifica?
No es la primera vez que el actual vice sale a apoyar a personas poco recomendables. Cuando salto el caso Bengoa y sus especulativas maniobras con los casinos municipales que diseñados para ganar, perdían fortunas para favorecer a amigos del poder . Los mismos que luego le financiaron a Asamblea Uruguay la campaña política.
Lo concreto es que luciendo una ya conocida suficiencia y soberbia, que aquí vimos en un ex intendente y su equipo, Astori nunca han mostrado real arrepentimiento por sus errores, que en un economista parecen “horrores”. Pero, como sus actitudes nunca son prudentes ni se destacan por su modestia, redoblo la apuesta criticando la "pobreza" del debate económico, y tras ser confirmado por Vázquez, que lo designaría nuevamente ministro de Economía de retener el FA el gobierno nacional. Tras ello, como si ya fuera gobernante, el economista anunció y confirmo que pretende concentrar todo el manejo financiero del país. Y así desafiante, llamó a la oposición a identificar a sus eventuales autoridades del área. Lo malo de este desafío, es que Astori, no tiene en cuenta que las finanzas del gobierno, tuteladas por su genial equipo, muestran un deterioro alarmante. El déficit de las cuentas públicas ha trepado al 3,2% del PBI, pese a que la recaudación de la DGI está en su techo. Todo porque el gobierno sigue gastando mucho más de lo que ingresa. Si a ello le sumamos lo notorio de que la inflación sigue al alza, de que ahora Ancap es la que reconoce que esta con un déficit de 150 millones o más de dólares, uno se pregunta: ¿Cómo administran los dineros del estado? Como la mona, nos respondemos a nosotros mismos. Es notorio que todas las áreas productivas del país están sintiendo el impacto de un frenazo, acicateado por los excesos de los Consejos de Salarios, la inflación desbocada, y el alza del dólar. Incluso la burbuja de consumo, comenzó a desinflarse. Todo ello, llamaría a alguien serio y centrado al silencio. A los que se creen dueños de la verdad y la soberbia no. A la vista esta.
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