Ya es hora de hablar sobre Salto Grande (VI) /
La represa \"intervenida\" por UTE
M. J. Llantada Fabini
En nuestra nota anterior, señalábamos que para comprender todo el proceso que se ha desarrollado en Salto Grande, era importante incorporar el concepto de que los intereses de UTE, NO son los intereses del Uruguay. Volveremos a ese punto un poco más adelante, pero para proseguir es necesario también conocer la naturaleza de UTE, sus fortalezas y su debilidad. UTE es una empresa pública, propietaria d de la red de distribución de energía del país, que tiene el monopolio de la comercialización de la energía eléctrica a los consumidores uruguayos.
Esa es su gran fortaleza, tiene el control de la comercialización y la recaudación. Por esa posición de dominio monopólico del mercado eléctrico, es que pudo "comprar" la energía de Salto Grande, venderla y no pagarla, desde el comienzo de la generación en Salto Grande hasta que 1994. Ese año cuando se completó la conciliación de las cuentas, se descubrió que UTE debía a Salto Grande más de U$S 400:000.000, (cuatrocientos millones de dólares).
A partir de ese momento, y para que no se reflejara en sus estados contables la situación de insolvencia que el pago de la deuda al Banco Central de la República Argentina, y la compra de la energía a Salto Grande, en forma simultánea supondría, se optó por suspender la facturación a Salto Grande, que pasó a ser una empresa "subsidiada" junto con AFE y una sociedad protectora de animales.
UTE siguió recibiendo la energía en forma gratuita, por la sencilla razón de que suspenderle el suministro significaba dejar sin energía eléctrica a TODO el Uruguay. Los consumidores rehenes del distribuidor monopólico, que pagan una de las tarifas eléctricas más caras del mundo, fueron la "carta de triunfo" de UTE.
¿Y a partir de 1995? A partir de 1995, mientras el país enfrentaba enormes dificultades, y se iniciaba un gran esfuerzo institucional para ordenar el mercado eléctrico, con la creación de URSEC, URSEA y demás organismos de control, en Salto Grande solo hubo dinero para hacer los mantenimientos, pagar el presupuesto corriente, y hacer la renovación de equipamiento entre la que se debe incluir adquirir nuevos transformadores.
En ese período de grandes estrecheces económicas, que incluyeron la devaluación brasileña de 1998 y la crisis argentina de 2.001, (que en Uruguay se transformó en la catástrofe de 2.002), era impensable destinar recursos de inversión regionales, ni pretender un rápido saneamiento de la situación de UTE.
Cuando puso en marcha la normativa regulatoria del Mercado Eléctrico (Ley de Marco Regulatorio, Ley Nº 16.832 Actualización del sistema eléctrico nacional y creación de la unidad reguladora de la energía eléctrica – Uree, Adme y Despacho de Carga), UTE debía hacer tres cosas: transferir el Despacho de Carga a las nuevas autoridades, trasparentar sus cuentas y declarar los costos de generación y trasmisión; y paso fundamental, separar definitivamente la contabilidad de Generación, Transmisión y Gestión administrativa.
Para resumir y "hacerla corta", UTE no hizo ninguna de las tres cosas, (Eleuterio Fernández Huidobro denunción un "golpe de estado técnico" de UTE, )y si no pudo incorporar definitivamente Salto Grande a su control y gestión, (como hizo en su momento con el sistema "RIONE"), fue por el status de Organismo Internacional Binacional de la CTM SG. Insolvente energético, pero financieramente poderosa, la UTE tiene además el mérito indudable de la absoluta tenacidad y continuidad con que persigue sus objetivos.
Desde el comienzo de la generación de Salto Grande UTE mantuvo mientras le fue posible un delegado en la integración de la Delegación Uruguaya ante la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande; cuando ello no fue posible, nunca perdió de vista el objetivo de controlar la energía de Salto Grande, y finalmente lo consiguió en forma absoluta.
En el primer gobierno del Frente Amplio, la integración de la Delegación Uruguaya ante la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande, fue definida desde el Ministerio de Industria y Energía, (a cargo de Jorge Lepra), y confiada a dos técnicos funcionarios de UTE, el Ing. Enrique Topolansky Saavedra, y el Ing. Gabriel Rodríguez.
A partir de ese momento Salto Grande fue virtualmente "intervenida" por UTE; a despecho de la inmunidad de jurisdicción de los Organismos Internacionales, técnicos de UTE revisaron y auditaron su contabilidad, y en medio de la década de más extraordinaria exuberancia económica y presupuestal de la historia del país, Salto Grande quedó reducida estrictamente a generar toda la energía posible, resignando todo otro objetivo institucional para la región y el medio.
Para ello baste mencionar la diferencia entre los presupuesto de las Delegaciones de Argentina y Uruguaya en 2012: RA U$S 31:395.191, (treinta y un millones... de dólares), ROU U$S 19:565.525 (diez y nueve millones...de dólares). La asignación de presupuesto NO común de la Delegación del Uruguay fue estimada ese año en U$S 39.000.- (treinta y nueve mil dólares).
También UTE es responsable de la modalidad de operación diaria de Salto Grande, y sus efectos aguas debajo de la represa, pero de eso hablaremos en la próxima nota.
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