Ante la reiteración de propuestas desde filas políticas, relativas a la utilización de apoyos de las Fuerzas Armadas a la Policía Nacional, para tareas de seguridad interna, el Circulo Policial del Uruguay, desde su mesa de análisis, hace saber a las autoridades que correspondan y a la opinión pública en general que: La grave situación de inseguridad que padece nuestra sociedad, está directamente relacionada con:

I. La concepción que sobre la seguridad mantienen las autoridades de gobierno, la visión elaborada sobre el futuro inmediato y la disposición de políticas en seguridad que no se compadecen ni con las amenazas que agobian a la sociedad de este tiempo, ni con los riesgos que la realidad del delito demandan.

II. La inexcusable omisión que desde el Estado se manifiesta en la mayoría las figuras de transgresión a la paz pública y a los derechos individuales por parte de personas, grupos u organizaciones de carácter presuntamente criminal y que permiten alentar una sensación de impunidad en el sector delictivo.

III. El modelo de gestión a la que está sujeta la Institución policial y por la cual, aún con la exultante abundancia que posee el Ministerio del Interior, en recursos humanos logísticos y tecnológicos, no logra conseguir la eficacia y eficiencia en los niveles requeridos, debido fundamentalmente, -se reitera-, a una administración basada en planteamientos teóricos y a modelos de formación y funcionamiento policial, que no están a la altura de lo que la sociedad de hoy demanda para su seguridad.

Por lo expuesto, se considera inoportuno e innecesario la incorporación de fuerzas amigas al combate del delito, sin antes revisar y reorientar las políticas de seguridad imperantes.

Además, y esto no constituye un argumento menor, se le estaría enviando a la interna policial un pésimo mensaje, que redundaría en una injusta estigmatización y desmoralización de la fuerza.