Por Leonardo Vinci.
El 30 de noviembre es una fecha de especial significado para la enorme mayoría de los uruguayos. En 1980 el pueblo derrotó a la dictadura. En medio del miedo y el temor, estando casi todos los políticos proscritos, el Dr. Enrique Tarigo se puso al hombro la noble causa republicana a través de su semanario “Opinar” tras haber participado en un debate televisivo donde hizo añicos al proyecto constitucional militar. Publicaremos fragmentos de su participación en el mismo.

“… En este país se están trastocando tantas cosas que parecería que contra la subversión estuvieron nada más que los sectores del gobierno, y que los sectores de la oposición no estuvimos contra de la subversión.

Yo me tuve que comprar un revólver, mejor dicho, me lo compró una asociación de la que soy letrado, y tuve que contratar un seguro sobre mi casa, y aparecí en un berretín de una fotografía de sociales, de algún lado donde yo había concurrido; y en esas situaciones estuvimos un montón de ciudadanos de este país. Entonces ahora el Cnel. Bolentini es una especie de San Jorge que luchó contra el dragón, y nosotros qué pusimos? Nosotros los uruguayos, que además de haber aguantado a la subversión, haber sufrido la subversión, hemos  tolerado estos siete años de gobierno autoritario. ¡Nosotros qué!

Al Cnel. Bolentini le preocupa todavía hoy la subversión, le preocupa el comunismo que son preocupaciones razonables, pero a mí antes que el comunismo y la subversión me preocupa la democracia. En este país hace muchos años que no existe, porque yo soy profundamente demócrata, soy anticomunista porque soy demócrata, no me digo demócrata porque soy anticomunista. Y yo diría que esta Constitución que se proyecta no se parece a la Constitución de Francia ni a la de Italia ni a la de EEUU ni a la de Alemania Federal, esta Constitución a la que más se parece es a la Constitución de los países comunistas, porque establece lo que ellos llaman la centralización del poder o el centralismo democrático, esto establece el centralismo, la verticalidad de un Poder Ejecutivo poderoso y tiene ese concepto de seguridad, que tiene también la Constitución de la Unión Soviética, como la seguridad es una especie de dios apuntalado, a los uruguayos ahora lo único que nos preocupa es la seguridad  y no nos preocupa el resto de las cosas.

Yo diría más, si yo fuera comunista yo votaría por esta Constitución, votaría por esta Constitución con este sentido muy claro, a mi juicio. Voto esta Constitución que establece ese poder autoritario concentrado en el Poder Ejecutivo y en el ejército, y después, como soy comunista, trato de infiltrar al ejército. ¡Por qué el comunismo no puede un día infiltrar al ejército! En este país o en cualquier país. No lo han infiltrado ya en otros países, no lo infiltró en  Portugal, ¿no había un plan en el Perú para infiltrarlo que se publicó y se desbarató? No  ha infiltrado el comunismo a organismos tan respetables como puede ser el ejército. Entonces, ¿por qué no?

Con esta Constitución y con un ejército infiltrado por el comunismo tenemos en este país el régimen más comunista y más perfecto, sin subversión, sin guerra y sin nada. Esta es una Constitución totalitaria, esta es una Constitución apta o para un partido fascista o para un partido comunista, pero no me sirve a mí que no soy ni fascista ni comunista, no me sirve a mí que soy colorado, que soy demócrata, y que soy liberal, y por eso la voy a votar por NO. Y creo que es un deber yo diría casi cívico, moral votar por NO esta Constitución en el entendido que al día siguiente  de votar por NO no va a pasar ningún apocalipsis en este país.” 

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