Opinión /
Asomando por el túnel
Mea culpa. Desde este espacio hemos analizado a fondo la política de Salto y después de la lucha por la reelección de Germán Coutinho, que hoy asoma muy probable, estimábamos que la línea sucesoria iba rumbo a Cecilia Eguiluz, que acaba de hacer un viaje de formación a los Estados Unidos y ha sido un espada dura en la Junta Departamental en el período anterior, cuando Vamos Salto era oposición. Hoy, por lógica, Cecilia es la secretaria general de la intendencia y maneja mucho de la actividad municipal junto al titular, algo que en su momento adelantamos.
Pero, remarquemos, en los últimos tiempos ha asomado la larga figura de Álvaro Compá.
Es que el devenir de la vida política del departamento ha marcado algunos puntos que no podemos soslayar y que juegan a favor del famoso Raviol. ¿Quién es Compá? Un hombre que se acercó a la actividad política por su amigo del alma, el intendente, que tiene una actividad privada donde le va bien, y que de repente, ante las licencias de su amigo, se encontró ante la posibilidad de comandar la comuna. Porque es el segundo en la línea sucesoria del intendente y además a comienzos del año 2015 va a tomar el timón municipal ante la renuncia de Coutinho para ser candidato por el Partido Colorado a la reelección por casi medio año.
Sin embargo creemos que lentamente Compá, el Raviol, va tejiendo una notable red de apoyos que nos hace comenzar a considerarlo para dentro de seis o siete años, porque no habrá tercer período consecutivo para Coutinho porque no lo deja la ley, o la Carta.
Ese será el tiempo de Álvaro, o Cecilia, tiempo en que Vamos Salto deberá procesar el camino recorrido con mucha fuerza y empezar a trazar el que viene desde la propuesta. Naturalmente que hoy se pueden decir muchas cosas pero la realidad de ese momento condicionará y mucho la elección final.
Compá no es un político, es un hombre demasiado común, capaz de vivir como el vecino de cualquier cuadra, con tiempo para todo, incluso para charlar en una esquina recostado a una columna. Eso, que quizás ni él mismo valora, es un capital que muchos políticos quisieran tener y que Coutinho vio de lejos, rápido y perspicaz como es.
Hoy, con la muy buena organización del Campeonato Sudamericano Juvenil de Básquetbol en Salto, de cuyo comité coordinar Raviol es el principal responsable, encuentra una figuración que es quizás el trampolín que necesitaba, pero, increíblemente, no buscaba. Porque es así.
El problema que tendrá el constructor es que cuando se tire de lleno a la arena política, en la que nunca creyó mucho, tendrá que pelear con armas que no son su fuerte. Esa dialéctica de ida y vuelta para la que no todos están preparados; lo del es más ejecutivo, más apuntando a hacer cosas. Justamente está en el área de proyectos especiales, inversión y desarrollo. Un lugar de privilegio que ha potenciado acercando inversores, por ejemplo para Termas del Arapey y Termas del Daymán y otros emprendimientos que de a poco van saliendo y le van dando otro nivel a Salto. Para estar en ese lugar se necesita paciencia, mucha, diálogo, ganas de hacer y esperar frutos en el tiempo. Justo el perfil de este director.
El gran beneficiado es el grupo político que tienen tres cartas fuertes en la manga, todo con perfil distinto, el titular y candidato a la reelección, la secretaria general municipal y el hombre de marras, que despacito, lentamente construye un perfil que ni él mismo sabe a dónde lo puede llevar. Pero que políticamente es una realidad que no se puede desconocer y que ya varios lo tienen en cuenta, aunque no lo dicen.
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