Después que la Suprema Corte de Justicia declaró inconstitucional la ley que anuló la ley de Caducidad, el primero en criticar a los grupos del Frente Amplio que impulsaron esa iniciativa fue el ministro de Defensa, Eleuterio Fernández Huidobro, quien dijo que la ley creada fue un “mamarracho” y destacó que antes de ser aprobada en el Parlamento “se sabía que iba a ser declarada inconstitucional”.

Huidobro dijo que se generó una “falsa ilusión” en los familiares de desaparecidos durante la dictadura (1973-1985) y reclamó que los impulsores de la frustrada anulación asuman su responsabilidad.

Ahora, fue el presidente José Mujica quien se refirió a la ley que anuló los efectos de la ley de Caducidad. “La vida es un error. Siempre nos equivocamos”, dijo Mujica.

El proyecto original partió del gobierno. En 2011 el canciller Luis Almagro se puso al frente de este proyecto y presentó en el Frente Amplio una primera redacción.

Tras varias discusiones con los legisladores oficialistas, el proyecto sufrió modificaciones y ante la andanada de críticas de la oposición (y algunas voces dentro del Frente Amplio, como Fernández Huidobro), el presidente intentó impedir su votación. Fue entonces cuando pidió a sus legisladores que no votaran la ley y cuando públicamente reconoció que el canciller se le “escapó” al promover ese proyecto.

Finalmente el proyecto fracasó porque hubo un diputado, Víctor Semproni, que haciéndole caso a Mujica no votó la iniciativa que anulaba la ley de Caducidad.

Pero el Frente Amplio buscó una alternativa, presentó otro proyecto con los mismos efectos que el primero y, tras duras negociaciones toda la izquierda lo votó en el Parlamento.

Por entonces todos los catedráticos en derecho constitucional advertían que esa ley sería declarada inconstitucional, y así fue en febrero de este año.

El episodio le costó al Frente perder dos senadores, Jorge Saravia dejó el gobierno y volvió al Partido Nacional, en tanto Huidobro renunció al Senado para no votar la ley.